sábado, 20 de agosto de 2011

Cuando tu quieras, no estaré para ti.


+Te llamo para decirte que hoy e echo limpieza en mi habitación y la e encontrado.
-No se de que me hablas... ¿Qué has encontrado?
+La llave.
-¿Que llave? No recuerdo haberte dejado ninguna llave.
+Si, me dejaste la llave de tú corazón, hoy la vi decidí llamarte y contártelo, pero es que estás ya tan lejos que no puedo llevártela.
-¿Cómo que no? Vivimos a medía hora de casa con casa... Puedes!
+No, me la quedaré por si algún día piensas volver, la dejaré en el jardín debajo de la maceta, te aseguro que no voy a estar eso si no vengas ahora mismo, porque se que no vuelves de verdad, cuando me demuestres que quieres volver la dejaré. No llames para darme gracias o para echarme desprecios. No estaré allí para ti.
+Pero...
-No hay peros, adiós.

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